domingo, 29 de septiembre de 2013

Me voy a Sevilla.



Imagina muchos domingos, como un septiembre entero hecho de una sucesión de domingos, o así.
Ahora, todos esos domingos concentrados en uno solo, hoy.

Me he despertado melancólica y con muchísimas ganas de mear. Menos mal que ya se me empieza a olvidar tu cara.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Isabel la Catódica.




JAJAJAJAJA

¡Qué bien lo pasamos!

domingo, 15 de septiembre de 2013

Sintonizar.



Echo de menos los nuevos tiempos.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Cuando hayamos muerto.



Meteré mis sentimientos de hoy en un tupper.

Y ya si eso, otro día, los recaliento en el microondas.

jueves, 12 de septiembre de 2013

La gota que colmó el océano.



Yo no tengo casa. Me refiero a un lugar donde recogerte, sentirte a salvo y todas esas cosas. Lo que tengo es un domicilio. He tenido varios en los últimos años, a todos ellos los llamé "casa", pero mi casa de verdad siempre ha sido una persona, o un grupo de ellas. Personas más o menos cercanas, personas que van y vienen, pero personas, no lugares, o al menos no lugares con techo.

Suelo sentirme vagabunda entre paredes. No es una sensación que me desagrade, me gusta deambular de vez en cuando, sentirme fuera de contexto, extraterrestre, observando desde fuera, anacrónica y desarraigada. Aunque a la larga siempre me canso y aparece la necesidad de compartir. Sobre todo de compartir risa.

Porque sí, vale, queda muy guay en las pelis. Todos quisimos ser el héroe melancólico y solitario, el personaje misterioso que sacrifica su vida y muere trágicamente. Pero siendo sinceros, al margen de lo estético del drama, todo el mundo desea lo mismo: ser feliz.

Que la peli acabe bien.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Total..



No lo intentes.. vas a fallar.

No te enamores.. vas a sufrir.

No viajes.. vas a volver.

No nazcas.. vas a morir.




Pero..

¡Qué coño!

Si lo que vale la pena..





¡es el camino!

lunes, 9 de septiembre de 2013

Burón y cuenta nueva!



El principio de los tiempos no es necesariamente aquel viernes del 86 en el que un médico primerizo me anudó mi primera cicatriz en la barriga. No sabría ponerle fecha exacta al momento en el que empezó esta historia, pero sí sé que muchas cosas que antes me hacían llorar ahora me hacen reír.

Es imposible pasar por la vida sin romperse un poco, pero a veces también es muy difícil romper algo por el mismo sitio después de haberlo pegado. El pegamento puede llegar a ser más resistente que el material original!

Inevitablemente, para (sobre)vivir, tienes que ir acumulando muchas cicatrices, internas y externas. Y un día notas que el envase en el que estás contenido ha sido reconstruido tantas veces que todo él es una gran cicatriz, casi no se sabe de qué estaba hecho antes de que empezase todo esto.

Así que hoy, que no me salió la foto que yo quería, que me veo más cerca de octubre que de julio, de los 30 que de los 20, de los 40 que de los 10.. me fumo un cigarro en la terraza y acaricio mis cicatrices.

¡Que estreno vida! ¡Viva!