miércoles, 9 de diciembre de 2020

Rant


Esta es mi foto más favorita de todas porque simboliza cuánto algunas personas están dispuestas a hacer por mí, y que las mejores ideas siempre son improvisadas. Camino descalza si puedo y prefiero sentarme en el suelo. Me encantan los cumpleaños, los de los demás en compañía y los míos a solas. Me cuesta menos hablar en público que en privado. Cuido a la gente y cocino mejor borracha que sobria. Me fascina el espacio, las mates y las personas creativas. Me puedes encontrar por la calle en bici cantando. No puedo no bailar si escucho un bolero. Amo los bares. La gente siempre me cuenta cosas que no le cuenta a nadie. Yo le cuento "casi todo" a todo el mundo, y "todo" a nadie. Invierto mucho tiempo en hacer el vago y comer en la cama. Adoro dormir. Vivir sola me hace sentir en control, no sola. Me da miedo vivir con gente. Soy eficiente y maniática, toda mi ropa está bien doblada y organizada por estación y color. Jamás plancho. No suelo hacer la cama, como acto de rebeldía infantil. Me molestan los ruidos estridentes y los niños gritones. No sé no ser yo misma, ni cuando me convendría. Encajo mejor una crítica que un piropo, y una verdad que una mentira piadosa. No se me da bien decir que no. Me siento culpable por no haber pasado más tiempo con mis abuelos cuando todavía estaban vivos. Suelo generar en los demás emociones intensas y no evito el conflicto. Así que mucha gente me odia. Yo no odio a nadie. Solo existe una persona a la que todavía no conseguí perdonar, pero algún día lo haré sin sentir que traiciono a su víctima. Hablo abiertamente del suicidio con todo el mundo, y de sexo con todo el mundo menos con mi familia. Creo que, cuanto más te abres contigo mismo y con los demás, más libre te sientes. Por eso agradezco mucho si alguien me hace ver que me estoy mintiendo a mí misma. Me río y hablo mucho y muy alto. Soy depresiva, pero tengo una forma de ver el mundo ridículamente optimista y soñadora, ingenua incluso. Dudo de casi todo, menos de una cosa: mi felicidad depende solo de cuánto me empeño en ella. Y me empeño MUCHO.

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