Es muy fácil dar algo cuando te guardas la posibilidad de arrebatarlo o estropearlo cuando te apetezca.
Lo verdaderamente noble sería dar como un proceso cerrado que se termina ahí. Sin que haber dado implique el derecho a pedir o a quitar.
Si no sabes dar bien, no des. Ya sea regalos, cariño, favores, o la vida misma.
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