martes, 20 de enero de 2015

Apología de la siesta



Toffe es todo un maestro en el arte de la siesta. Claro que para él toda la casa (y por lo tanto todo su mundo conocido) es una cama.

La siesta tiene algo de pecaminoso si no eres un gato, un bebé o un enfermo. Porque es un mero capricho, holgazanería en estado puro. A lo mejor por eso consigue dormir la siesta hasta el más insomne.

A mí me encanta meterme en la cama a deshora. Cuando todavía es de día y hay luz fuera. Sobre todo si es una luz blanca y helada como la de hoy.

Me regodeo en mi pereza, me quito la ropa, abrazo la almohada, me enrosco entre las sábanas limpias y siento el peso del nórdico esponjoso.

Ahhhhh..

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